LA ASESORÍA CARA A CARA

comienza con una persona neutra, un “tercero”. Es precisamente en los cambios (voluntarios y no) que se aprecia todo el valor de un intercambio de pensamientos sistemático y calificado. De este modo, la ceguera inicial desaparece fácilmente, y los planteos manifestados se superan rápidamente.

Con tanto esfuerzo, con el “saber cómo” necesario y con los conocimientos adquiridos con la experiencia, asesoro a las empresas en la reorientación, en el cambio estratégico, en la definición de líneas directivas y, sobre todo, en el manejo de aquello que no está yendo como se había previsto.

Estoy convencida que la entrevista de consultoría no se trata solo de contenidos, sino también de participación. Por este motivo, trabajo con mis clientes no principalmente en el problema, sino sobre sus miedos e inseguridades. Busco con ellos las causas. Los acompaño en el buscar vías de salida satisfactorias y consolidadas en la práctica. Las soluciones sin aceptación, no son soluciones, sino un problema adicional.