COACH ES UNA PALABRA

inglesa que significa “carruaje”, “carro”, y su etimología explica bien los principios del Coaching: alcanzar un objetivo con un medio de transporte. Y, de hecho, se trata precisamente de esto.

Cuando los jóvenes gerentes están ocupados en desarrollar su propia personalidad de líder, cuando los directivos reflexionan sobre sí mismos y sobre su rol en la empresa, cuando es necesario corregir el curso y proseguir sistemáticamente la propia carrera, un coach personal es el socio de entrenamiento ideal.

Mi papel como coach, sin embargo, no me convierte en el mejor jugador en el campo, sino en una persona competente que hace preguntas y hace comentarios: ¿me perciben exactamente de acuerdo con la imagen que tengo de mí? ¿tengo que trabajar en mi posición? ¿mis colaboradores me entienden y los entiendo? ¿qué relación tengo con la responsabilidad?

Las ideas y pensamientos generados por el cliente nacen en un ambiente de discreción y confianza. Solo las soluciones y las respuestas que el cliente encuentra por sí mismas pueden ser esclarecedoras y factibles. Mi papel como coach es acompañar y alentar este proceso.